Zoila Elena Vega Salvatierra Un género cortesano en un siglo romántico... I 37
Lima, agosto de 2021, 5(1), pp. 21-41
• ¿Son minuetos para la danza o para la interpretación instrumental? Al parecer, son
ejemplos del segundo caso, piezas escritas para la interpretación doméstica en ambientes
que valoraban tanto el género como el instrumento. Si, como menciona Veniard para el
caso rioplatense, los minuetos eran piezas instrumentales que se escribían para
aficionados en los salones americanos y que conocieron un largo uso en los salones
sudamericanos, se explica entonces la enorme cantidad de obras cortas que escribió
Ximénez para su uso personal o de su círculo amical que estaba en constante demanda
de nuevos materiales de calidad para sus actividades de esparcimiento. Es menos
probable que hayan sido empleados para la danza, aunque conservan escrupulosamente
la organización par de los compases, generalmente en múltiplos de dos, donde cada frase
efectúa un movimiento de cierre, empleando esquemas galantes o cadencias de diversas
clasificaciones. La estructura de la danza era empleada como pretexto para la
organización de los materiales sonoros en unidades de sentido que pudieran plantearse
como de apertura, cierre, digresión o retorno a diferentes regiones armónicas, como la
tónica y la dominante, lo que dota al minueto de posibilidades múltiples de elaboración
temática. Ximénez aprovechó muy bien esta característica del género para reelaborarlo
de maneras originales y diversas, pero siguiendo ciertos dictados de organización que
reconocía como necesarios dentro de las características del género.
• ¿Son los esquemas descritos los únicos empleados por Ximénez en su repertorio y se
ajustan a los descritos en la teoría estudiada? Esta cuestión es mucho más espinosa. Así
como Ximénez emplea asiduamente esquemas como el ponte, el monte y el fonte
modificado, el prinner, tanto en función de respuesta como de sección modulante, y
cadencias específicas como la perfecta, la convergente, la jommelli, etc., otros esquemas
como el fenaroli (semejante a la candencia convergente pero con un pedal interior) y la
romanesca (un esquema que prioriza en la melodía un movimiento de tónica y dominante
mientras el bajo puede moverse por cuartas descendentes hacia la dominante o por pasos
conjuntos, alternando acordes en fundamental y primera inversión) no figuran entre sus
favoritos. En otros repertorios, como algunos de sus villancicos sacros en lengua romance,
se pueden ver cadencias «pulcinellas», que usan el movimiento libre del bajo mientras las
voces superiores permanecen estáticas y también es posible hallar algunos esquemas do-
re-mi (en los que la melodía inicia en tónica y sigue una línea ascendente en tanto el bajo
se mueve entre tónica y dominante). Es necesario recalcar que Ximénez no aplica estos
esquemas de manera idéntica a como figuran en los ejemplos nombrados por Gjerdingen
en su estudio. La modificación del modo de la primera parte de las fontes, el uso de
prinners cromáticos o candencias frigias con abundancia de cromatismos, la introducción
de notas de paso, bordaduras y notas escapadas para adornar o modificar ligeramente los
esquemas básicos forman parte de su propia ars combinatoria.
• Aún está por estudiarse con estas herramientas otros repertorios del compositor, como
sus obras de cámara o sus sinfonías, para saber hasta qué punto era capaz de aplicar tales
fórmulas a texturas más complejas. Es muy posible que este sistema de organización
temática se haya ido perfeccionando e incluso modificando mientras tomaba contacto