78 ANTEC Revista Peruana de Investigación Musical
Lima, agosto de 2020, 4(1), pp. 60-85
comunidades representadas como a quienes las analizan, en un ritual ya habitual en la
construcción de significados en la nación.
Dada la necesidad de enfrentar las peculiaridades de este contexto, presentamos aquí, a
modo de decálogo, una serie de declaraciones/propuestas/recomendaciones esenciales que
deben ser abordadas, y que no han sido planteadas oficialmente ni resueltas aún, ni en el
ámbito popular ni el ámbito académico, con respecto a la presencia del rock en el Perú. Hemos
intentado mostrar, a lo largo del texto y con relación a ángulos de acercamiento específicos,
las experiencias producidas por el contraste cultural entre múltiples sociedades y momentos,
normalmente agrupados y segmentados bajo las dicotomías clásicas de nacional-extranjero o
propio-ajeno. Nuestros modelos de análisis musical mantienen, muchas veces, una visión
monolítica y rígida de entidades culturales y grupos humanos que son imposibles de
simplificar bajo los formatos que han sido propuestos por nuestros investigadores y otros
autores interesados en el tema. Ni la música de la América precolombina ni la desarrollada
durante el periodo colonial inicial deben ser entendidas como entes inmutables de
representación para una nación nueva, como el Perú, que busca en el pasado múltiples, y
muchas veces inconexos, referentes para la unidad del proyecto nacional. En la búsqueda de
sonoridades nativas que fortalezcan la unidad nacional, perdemos de vista el carácter
orgánico de los procesos musicales presentes dentro de las fronteras políticas del país. La
permeabilidad y fluidez de los fenómenos culturales ha permitido la llegada y asimilación del
rock, lo que ha generado comunidades musicales que formulan su identidad sobre la base de
la reconstrucción transformativa de los símbolos de un rock mundial que se adapta
continuamente a los nuevos entornos que lo acogen.
El rock, como cualquier otra manifestación musical, difícilmente se circunscribe al área
geográfica de las naciones que lo originaron, y no guarda pertenencia geográfica o cultural,
fuera de la ejercida por los individuos y comunidades que formulan y articulan visiones de
representatividad e identidad, alrededor de las diferentes manifestaciones del rock, y que lo
declaran como referente. En este sentido, las problemáticas aquí presentadas revelan los
enfrentamientos ideológicos entre diversos modelos paradigmáticos de orientación
nacionalista, que presentan al rock con pocas opciones de negociación. El rock peruano
fluctúa libremente entre la posición de visitante instigador de reyertas elitistas antipatrióticas
y la oportunidad de negociar su nacionalización mediante su adaptación a los patrones
culturales aprobados.
Consideramos que las siguientes afirmaciones generales, relacionadas con el contenido del
texto, y que esperamos sean discutidas con mayor profundidad en el futuro cercano, marcan
algunos de los puntos centrales de tensión que de forma recurrente permean el desarrollo de
las culturas del rock en las múltiples naciones peruanas:
1. La dicotomía colonial/colonizado, en sus múltiples variantes, representa un
obstáculo para el desarrollo de las culturas derivadas del rock en el país.
Así pues, el ciudadano postcolonial se encuentra atrapado en un proyecto nacional
que aún se encuentra en el proceso de formular espacios para el rock y otras