Lima, deciembre de 2023, 7(2), pp. 257-259
María Alejandra Carrillo Fídel
Sociedad Filarmónica de Lima
Lima, Perú
https://orcid.org/0000-0003-3694-1980
A primera vista, el espíritu inquisidor del entrevistador parece caer en un relato similar: casi todos los entrevistados tenían un amigo o amiga que tocaba la guitarra, un hermano mayor o un tío que llegaba a casa de vez en cuando con este instrumento entre las manos. Muchos músicos se iniciaron con una guitarra perteneciente a sus padres, esa que no se tocaba así no más. Por momentos, parece que la guitarra se cruza en sus caminos; para otros es una búsqueda. Al leer los relatos que Vera Tudela reúne, parece que el hogar es la base de este aprendizaje y rápidamente escala gracias a una mezcla de talento natural y una tenaz práctica. La guitarra se encontraba en todos los hogares sin importar el estatus social o económico, en diferentes regiones del Perú. Estas historias comunes, que hasta pueden sonar a cliché, van dejando en el lector un sabor diferente, superan lo anecdótico y viran hacía nuevos caminos de aprendizaje. A través de las preguntas, tal vez sin proponérselo, Vera Tudela crea las bases de la reconstrucción de una escena musical particular: el mundo de los guitarristas peruanos.
Manuel Vera Tudela (Lima, 1984) es un periodista, guitarrista y cantautor peruano, que actualmente radica en Viena, Austria. Estudió periodismo en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Su género favorito, como él mismo señala, es la entrevista y no dudó en emprender una aventura que tomó años, grandes esfuerzos de logística para contactar a los diferentes guitarristas y superar los nervios de entrevistar a gente que admiraba. En cafés, casas, escuelas de música o a través de Skype, Vera Tudela despliega una serie de preguntas a 21 guitarristas de diferentes edades, géneros, rubros musicales, mundos laborales. 21 visiones diferentes sobre la música, pero todos con un elemento en común: la guitarra.
La imagen que queda como lector al final del libro es la descrita por Lucho González, el guitarrista como el gran armonizador. Un instrumento que en su versatilidad ha encontrado espacios diversos y representantes en diferentes géneros. El libro reúne reconocidos nombres como Andrés Prado y sus trabajos de jazz. Vera Tudela tuvo la suerte de entrevistar a leyendas de la música peruana como Jaime Moreyra, guitarrista del grupo Los Shapis o a Martín Choy, reconocido por sus años junto a Los Mojarras y la emblemática canción “Triciclo ambulante”. Las entrevistas trascienden edades, periodos históricos o géneros. Por ejemplo, Lucho González narra su trabajo con Chabuca Granda y Mercedes Sosa, pero no deja de lado la enorme influencia que tuvo la música brasileña en su trabajo y arreglos. La guitarra andina tiene un espacio especial en las entrevistas a Manuelcha Prado u Omar Vargas, guitarristas que pueden parecer muy diferentes entre sí, pues sus visiones y experiencias no se parecen, pero que forman parte de un espacio poco estudiado en el Perú: las escenas musicales andinas. Vera Tudela no deja de lado a las mujeres, aunque él mismo asume que por razones de tiempo y espacio tuvo que dejar a otras fuera del libro. Entre las guitarristas que logra entrevistar están Natalia Vajda Viacava, Ruth Huamaní y Veronik. La guitarra criolla tampoco queda de lado. Por ejemplo, una extensa entrevista a Willy Terry se encuentra hacía el final del libro.
Todas las entrevistas mantienen una estructura similar: se van ampliando o estrechando según la historia personal del entrevistado, algunas respuestas son muy breves, precisas, otras se explayan, pues narran historias, vivencias, nuevas visiones del mundo y su relación con la música. Cada entrevista se inicia con una pregunta en común: cuándo y cómo se iniciaron como guitarristas. A partir de esta pregunta se empieza a jalar una madeja diferente entre los 21 personajes. Algunos como Gonzalo Manrique cuentan su paso a través de la formación clásica y académica. Hay respuestas como las de Charly Parra que se decantan más en ejemplos, referentes musicales, anécdotas personales sobre el escenario. Omar Vargas o Andrés Prado dan respuestas profundas, a veces hasta filosóficas. Parece que responden planteando una incógnita, abriendo una nueva ventana de reflexión. Por momentos, las entrevistas pueden caer en tecnicismos sobre marcas de guitarras, notas y estilos que no son usuales para muchos lectores, pero una vez superados esos pasajes, lo revelado por los músicos dibuja un collage diverso que parece un esbozo de la diversidad musical del Perú y el primer paso para conocer parte de la historia de la música peruana contemporánea.
El libro de Manuel Vera Tudela es una invitación a conocer un espacio íntimo, fuera del concierto, del videoclip, del disco y que transporta a un café, a una sala donde el músico no es solo aquel sujeto talentoso. Más allá de sus virtudes es un humano que se desarrolla en un espacio donde hay competencias, dificultades, prejuicios, discriminación y hasta la necesidad de mantener ingresos económicos. Deja al lector con la confluencia de diversos discursos sobre la música andina, sobre el rock, sobre la educación musical en el Perú. Incluso, da la oportunidad de comprender las complejidades, limitaciones y luchas impuestas a las mujeres que deciden elegir la música como una profesión y la capacidad de usar la música como vehículo para empoderar nuevas generaciones, como es el caso de Natalia Vajda Viacava, fundadora del Warmicamp.
Las entrevistas a Jaime Moreyra, por ejemplo, trazan la historia de la chicha en el Perú, su importancia y su desarrollo desde una de sus voces fundadoras. Recopila nombres de la guitarra andina o criolla antes que se pierdan en el tiempo. Asimismo, muestra una escena diversa donde también se crea jazz, blues, rock o lo que llaman en el libro, “fusión”. Como menciona Martín Choy, este libro es una oportunidad: “Si seguimos y si la gente sigue viendo y reconociendo que hacia adentro hay mucho por explorar, y explotar también con respeto, utilizar la música como herramienta para unir y hacer un movimiento que de alguna forma se pueda llamar, como se reclama hace tiempo, un rock peruano, que suene a Perú; lo que es un poco difícil porque el Perú puede sonar a muchas cosas”. Tal vez, Vera Tudela, sin proponérselo, dio en este libro de entrevistas la oportunidad – aunque de a pocos – de conocer e ir estableciendo una historia de la música en el Perú que suene a Perú, para que quienes decidan leer este libro, reconozcan entre sus líneas la labor de recopilación de información, datos, conocimientos, visiones que servirán a futuras generaciones para la reconstrucción de escenas musicales. Reconocer que en el formato propuesto por el autor existe la posibilidad de más conocimiento sobre la guitarra, la música peruana y sus actores, quienes muestran que es posible hacer arte en este país sin pensarlo sólo como un pasatiempo.