Antec: Revista Peruana De Investigación Musical

Lima, junio de 2024, 8(1), pp. 12-15

Editorial

Asentada ya como una genuina revista de musicología, ANTEC: revista peruana de investigación musical de la Universidad Nacional de Música, ingresa a su octavo año de vida cumpliendo su vocación difusora de trabajos de investigación que enriquecen el conocimiento acerca de “nuestra música”. Le llamamos “nuestra” porque se refiere a aquellos hechos musicales que ocurren entre nosotros, en nuestro país o en nuestros pueblos cercanos y de los cuales damos cuenta en las páginas de este órgano.

Para abrir bocado, el Preludio da espacio a “La antara de este número” para referirse a unos instrumentos encontrados en la tumba S-III-CQT-5, ubicada en el cementerio de las Trancas o Kopara, en el departamento de Ica, estudiados desde la arqueomúsica, la disciplina a la cual consagró César Bolaños la última etapa de su vida. Una invitación para acercarse a los aportes en este campo que dejó para la posteridad nuestro distinguido compositor.

Atenta a los acontecimientos musicales de nuestro país que conforman la historia contemporánea, ANTEC: revista peruana de investigación musical abre sus páginas entregando un dossier acerca de la música electrónica en el Perú, a la vez que una miscelánea de artículos que cubren temas de interés para la comunidad musical de nuestro país, pero también del área latinoamericana.

El dossier sobre “Música electrónica en el Perú” propicia el encuentro de varias generaciones de músicos: la que dio cauce a un grupo de creaciones durante los años 60-70, en pleno auge de las vanguardias a las que se acogieron algunos de los primeros creadores de obras electrónicas, la camada de compositores que, en el seno de la entonces Escuela Nacional de Música, tendieron de los años 90 en adelante los puentes hacia nuevas formas de expresión, y la fresca mirada de las generaciones más recientes, de las que en pleno siglo XXI van al encuentro de sus antecesores. Así, en este dossier un grupo de jóvenes hace su propia lectura de las obras fundacionales de la electrónica en el Perú: Intensidad y Altura (1964) de César Bolaños (1931) es analizada por Pía Alvarado (1996); Yemit Ledesma (1989) se aventura en los territorios de Invención (1966) de Edgar Valcárcel (1932); Prisma (1967) de Enrique Pinilla (1927) recibe la atenta lectura de Michael Magán (1995); Mark Contreras (1995) se adentra en las sonoridades de Gravitación humana (1970) de Alejandro Núñez Allauca (1943); Selvyna (1978) de Arturo Ruiz del Pozo (1949) despierta interesantes reflexiones en Álvaro Ocampo Grey (1988) y David Alonso Aguilar (1992) echa una mirada a Hombres de viento de su padre Luis David Aguilar (1951). Todas son obras canónicas de la música electrónica en el Perú. Las sugerentes lecturas de nuestros jóvenes derivan en un fecundo acercamiento a un pasado histórico que ronda las seis décadas de distancia entre los extremos (los años 60-70 del siglo XX y los años 20 del XXI), apuntando unos al análisis musical, otros a una valoración estética y algunos a situar a obras y autores en el punto de inflexión donde se cruzaron la tradición y la vanguardia.

El dossier se enriquece con la participación de la segunda generación de compositores de música electrónica, aquellos que desde los años 90 –han corrido tres décadas– abrieron las fronteras de la música académica de nuestro país a otras sonoridades, quienes conversan con un grupo de musicólogos, etnomusicólogos e investigadores dejando para nuestros lectores sus puntos de vista sobre aspectos que conciernen a su actividad: el doctor Julio Mendívil, etnomusicólogo y profesor de su especialidad en la Universidad de Viena, entrevista a Arturo Ruiz del Pozo (1949); José Sosaya (1956) dialoga con la doctora Zoila Vega, musicóloga de la Universidad Nacional de San Agustín; Rajmil Fishman (1956) mantiene una rica conversación con el antropólogo y guitarrista Marino Martínez; Luis Alvarado, comunicador, poeta y productor fonográfico, indaga en la memoria de Gilles Mercier (1963) sobre los años pioneros de la composición electrónica peruana; Rafael Leonardo Junchaya (1965) comparte un valioso texto testimonial de su paso por las veredas de la música electrónica; Jaime Oliver La Rosa (1979) responde el cuestionario que en mi calidad de musicólogo interesado en los temas contemporáneos le hice llegar para este dossier; Juan Arroyo (1981), de notable trayectoria internacional, presente en los más importantes festivales de música electrónica y contemporánea, conversa con Alonso Almenara, comunicador, periodista y crítico cultural, conocedor de los vaivenes de nuestra música actual. Un dossier que servirá para sentar las bases de una historia de nuestra música electrónica a partir de los sonidos y las voces que desde su instauración y desde las miradas frescas de quienes hoy son protagonistas de la creación musical, tuvieron y tienen un papel crucial para darle sentido.

La sección de Artículos de fondo se inaugura con la segunda parte del trabajo de la directora argentina Andrea Fusco sobre el nacionalismo musical en la república del río de La Plata. En la primera entrega quedaron sentadas las bases conceptuales de la corriente nacionalista, fundamentadas en una amplia bibliografía. En esta ocasión, lo central es hacer un análisis de un pequeño grupo de obras nacionalistas que dan luces sobre los perfiles de la música argentina durante la primera mitad del siglo XX.

Son varios los recintos catedralicios peruanos en los que hubo vida musical durante los siglos virreinales, pero no se conoce en que consistió esa actividad dado la deficiente investigación en torno a ella. Para llenar esos vacíos de información hace falta ahondar en la investigación documental en centros como los de Huamanga, Cajamarca, Huánuco o Trujillo. Franco Ayarza, egresado de la maestría en musicología de la PUCP, aborda la existencia de una capilla musical a partir de investigaciones en el Archivo de la Arquidiócesis de Ayacucho consultando fuentes de primera mano.

Está visto que El cóndor pasa... de Daniel Alomía Robles y Julio Baudouin, una obra redescubierta en diversas aristas una vez celebrado el centenario de su estreno, tiene aspectos que todavía deben ser estudiados. La colaboración de Luis Fernando Ruiz-Pacheco apunta a la relación intrínseca que existe entre música y drama. Tomando como referencia el universo operático, el autor encuentra que en la zarzuela de Robles-Baudouin la música queda perfectamente ajustada a los propósitos de la obra, que es recrear la vida de los mineros en la región andina, sometidos al poder de los dueños de la mina, de origen norteamericano. Los aires de cachua, pasacalle y yaraví enmarcan, según el autor, adecuadamente la historia que se cuenta.

A lo largo del siglo pasado, y aún en la actualidad, la música cubana ha gozado de amplia aceptación en diferentes sectores de la sociedad peruana. A partir de los años 90, la presencia de músicos provenientes de la isla trajo un nuevo género: la timba cubana. El maestro Abel Páez, de ya larga presencia en nuestro medio, vuelca su experiencia de intérprete del género haciendo un análisis comparativo de dos agrupaciones de timba, Ng La Banda y Los conquistadores de la salsa, a la vez que profundiza en los perfiles medulares de dos canciones interpretadas respectivamente por cada agrupación: “No se puede tapar el sol” y “Fururú farará”. El autor apunta que al salir de Cuba, la timba pasó por procesos como enfrentar el nivel de preparación de los músicos y la readecuación del repertorio a perfiles comerciales.

Entre las expresiones tradicionales del norte del Perú, el Triste se distingue como uno de los más característicos, casi siempre antecediendo al tondero. La compositora Alicia Maguiña, que en su carrera artística rebasó su papel de autora de canciones criollas para abordar otros géneros, recrea un tradicional triste echando mano de los recursos que aprendió en las lecciones de canto con que forjó su camino de intérprete. En este artículo, el autor, Josué Daniel Salvio, hace un análisis de los recursos vocales, técnicos y estilísticos de la autora de “Viva el Perú y sereno” cuando interpreta “El veneno”, un triste con fuga de tondero.

El compositor mexicano Josué Alexis Lugo manifiesta un interés por la aplicación de principios matemáticos en la música. Así lo deja ver su artículo “Sobre matrices y polirritmias” en el que explica cómo obtiene estructuras o patrones que sirven de fundamento para componer músicas texturales al superponer dichos patrones.

Finalmente, en el último artículo de nuestra revista, Luis Alvarado comenta cómo, luego de su retorno al Perú, el compositor César Bolaños se alejó de la composición, reformulando el uso de los recursos tecnológicos. Nuestro músico se había replanteado el empleo de nuevas tecnologías desde una perspectiva política, cuestionando las hegemonías implícitas bajo la justificación de hacer músicas “universales”. Alvarado da cuenta del entusiasmo de Bolaños al ver que ciertos músicos populares se apropiaban de las nuevas tecnologías para expresar universos que rompían los círculos elitistas. Un sugerente texto para entender mejor a un músico que, al paso de los años, ha ido convirtiéndose en un icono de las audacias sonoras del siglo pasado y que hoy es un obligado referente para las nuevas generaciones.

La sección de cierre, que denominamos Coda, contiene tres apartados: la de Prácticas musicales, la de Reseñas de libros y una sección que se inaugura en este número con el título de Revista de revistas.

En el rubro de Prácticas musicales cedemos un espacio para el trabajo “Impacto de los factores intrínsecos y extrínsecos en el proceso de aprendizaje del violín” de la joven instrumentista Natalie Madelaine Huari Guerra, perteneciente a la Escuela Superior de Formación Artística Richard Wagner, en el que plantea los cuidados que debe observar un estudiante de violín durante su proceso de formación.

En la sección de Reseñas de libros, tenemos la colaboración de Alejandra Lopera Quintanilla, flautista, directora del Ensamble Barroco de Arequipa y docente de la UNSA, quien entrega una revisión de tres notables publicaciones acerca de músicos arequipeños: Los Duncker, Vida y Obra de Néstor Ríos Checllo (2016); Aurelio Diaz Espinoza, legado musical de Omar Carrazco y Manuel Cruz Luque (2019) y Manuel L. Aguirre de la Fuente, legado musical de Omar Carrazco y Manuel Cruz Luque (2023), lanzadas por el Fondo Editorial de la Universidad Católica San Pablo. Otra reseña es la que yo he realizado de El dulce reato de la música. La vida musical en Santiago de Chile durante el periodo colonial del musicólogo chileno Alejandro Vera, un trabajo distinguido con el Premio de Musicología de la Casa de las Américas de Cuba en el 2018. En sus más de 750 páginas, Vera hace un acucioso recuento de la actividad musical en la capital chilena entre los siglos XVII y XVIII, revisa la música catedralicia, repasa el quehacer de los conventos y colegios, dirige su mirada a los ámbitos privado y público, explica cómo intervenían los sectores no blancos de la ciudad colonial. Diversos enfoques nutren el profuso libro: el histórico (inevitable), el documental (inapelable), el biográfico (necesario), el analítico (indispensable). El resultado es uno de esos libros que se convertirán en obligatorio texto de consulta, no sólo para la comunidad de musicólogos e investigadores musicales, sino también para quienes aspiran a ejercer esta disciplina.

A partir de este número, ANTEC: revista peruana de investigación musical, abre la sección Revista de revistas, a fin de difundir reseñas de recientes publicaciones hermanas. Son dos las que inauguran nuestro nuevo espacio: Chischay, revista de la Universidad Nacional San Agustín de Arequipa, reseñada por Lorena Merello y Resonancias, órgano de la Pontificia Universidad Católica de Chile, escrita por Trinidad Murúa. Dos colaboraciones que auguran más reseñas de revistas que comparten con ANTEC la vocación por la propagación del conocimiento acerca de nuestra música.

Aurelio Tello Malpartida

Editor responsable de ANTEC