Álvaro M. Chang-Arana Ansiedad ante el desempeño musical... 47
Lima, agosto de 2020, 4(1), pp. 42-59
ocurrir en diversos contextos de ejecución, pero suele ser más grave en circunstancias en
las cuales hay mayor inversión del ego, existe la amenaza de ser evaluado (una
audiencia), y se tiene miedo al fracaso. Puede ser focal (es decir, presente solo en
ejecuciones musicales) o ser comórbida con otros desórdenes de ansiedad; en especial
con la ansiedad social. Afecta a los músicos a lo largo de su vida y es parcialmente
independiente de los años de entrenamiento, las horas de práctica y el nivel de logro
musical. Puede o no perjudicar la calidad de la ejecución musical. (Traducción propia, p.
61)
De esa manera, se ha desagregado una de las definiciones de ADM más completas. Ahora, con
un entendimiento amplio de la ADM, nos ocuparemos de las consecuencias que esta puede
tener en el bienestar de un músico.
Consecuencias
La ADM, en su forma más debilitante, puede producir consecuencias graves en la salud y
profesión de los músicos. Como ya se mencionó, las manifestaciones más serias de la ADM
suelen estar acompañadas de otros trastornos psiquiátricos, tales como la depresión y la
ansiedad social (Kenny, 2011), lo que constituye un problema de fondo más difícil de tratar.
Asimismo, los componentes de la ADM descritos en la sección anterior (afectivos, cognitivos,
somáticos y conductuales) se manifiestan en diversos síntomas que resultan adversos para el
músico que los experimenta. Con el fin de suprimirlos o disminuirlos, muchos músicos, de
diferentes niveles de experiencia, recurren al consumo de drogas, como betabloqueadores
(los cuales disminuyen el ritmo cardiaco y generan una sensación de menor agitación),
marihuana, alcohol, etc. (Brugués, 2011a, 2011b; Fernholz et al., 2019; Kenny et al., 2014;
Taylor y Wasley, 2004; West, 2004). Además, la experiencia aversiva de la ADM puede llevar
a muchos a dejar pasar, de manera voluntaria, oportunidades de presentarse en público, en
audiciones, adquirir un repertorio más exigente u otras actividades que podrían constituir
importantes posibilidades de aprendizaje y desarrollo profesional. En algunos casos, incluso,
conduce al abandono completo de la profesión (Fernholz et al., 2019; Juncos y De Paiva e
Pona, 2018).
Vemos, entonces, que las consecuencias de la ADM pueden ser más serias que solo un
desempeño musical insatisfactorio. Por ello, no es de extrañar que exista una gran variedad
de tratamientos para controlar los casos más debilitantes de ADM. En la siguiente sección,
resumiré algunos de ellos.
Prevalencia y tratamientos
Sabemos que músicos como Sergei Rachmaninoff, Frédéric Chopin, Vladimir Horowitz y
Claudio Arrau lidiaron con la ADM (Horowitz, 1992; Kenny 2011). ¿Pero es un problema solo
de unos pocos? La prevalencia de ADM reportada por los músicos oscila entre 15 y 25 %
(Fernholz et al., 2019; Fishbein y Middlestadt, 1988). Sin embargo, no debería sorprendernos
que esta cifra sea solamente una subrepresentación, pues el porcentaje de músicos que busca
ayuda puede ser tan reducido como un 15 % (Wesner, Noyes y Davis, 1990). Para aquellos que
sí buscan apoyo, ¿qué tratamientos existen?