Yisa Nadia Cabello Santillán La enseñanza de la música... I 67
Lima, diciembre de 2020, 4(2), pp. 62-81
(…) movimientos rítmicos tales como las palmas, marchas, o caminar al ritmo de la música
ofrecen importantes oportunidades para facilitar la mejora de habilidades motoras brutas.
Por otra parte, experiencias musicales que requieren del uso de habilidades motrices finas
como puede ser tocar varios instrumentos musicales como el piano, la guitarra o los
tambores tienen el potencial para promover dicha coordinación motriz fina y para
practicar y perfeccionar debidamente la sincronía dedo, mano y los movimientos de los
brazos. Estos elementos son de gran importancia en niños con autismo ya que tienen
importantes deficiencias de la coordinación bruta, la coordinación motora bilateral, el
equilibrio y la marcha, así como un importante retraso motor fino, por lo que la
musicoterapia supone un elemento muy importante para ejercitar dichos elementos. (p.
8)
Complementando la idea de Srinivasan, Del Barrio et al. (2014) señalan:
En este contexto, la Musicoterapia y la Educación Musical aplicadas en el ámbito de las
necesidades educativas especiales aportan fundamentos teóricos y metodológicos que
convierten a la música en una experiencia psico-educativa integradora de procesos que
activan diferentes niveles jerárquicos de percepción, procesamiento y respuesta que
involucran experiencias sensoriales, motrices, emocionales, cognitivas y sociales. (p. 2)
En consecuencia, la Educación Musical es pieza clave para el desarrollo integral del niño, sobre
todo en su primera etapa de vida. Al respecto, Botella (2006) considera que “todos los
métodos de pedagogía musical, aun partiendo de distintos puntos de vista, coinciden en la
importancia que tiene la psicomotricidad (…) en la etapa infantil”. Esto indica que una
oportuna experiencia musical fomenta el desarrollo de las destrezas motoras. Más adelante,
la misma autora sostiene que “un estímulo o reeducación a través de los movimientos es por
tanto un elemento globalizador y un medio eficaz para introducir al niño en el mundo de la
Educación Musical” (Botella, 2006, p. 1).
De lo anterior, se infiere que la experiencia musical contribuye a desarrollar las destrezas
motoras en el niño, resaltando que los movimientos motores cumplen un papel significativo
en el aprendizaje musical. Mark Reybrouck (2005) postula que “la experiencia musical debe
ser pensada como una experiencia multifacética, en la que se conjugan cuerpo, mente y
música. La cognición se basa principalmente en un cuerpo dotado de capacidades
sensoriomotoras”. Esto quiere decir que la Educación Musical debe asumir una adecuada
participación en el desarrollo motor, a la par con el estímulo cognitivo y el aprendizaje musical.
1.3. Qué es la coordinación óculo manual
La coordinación óculo manual (COM) es una facultad que se va desarrollando desde la primera
infancia, mediante la cual el sistema visual y la función motora trabajan en combinación para
realizar una determinada actividad. En otras palabras:
(…) la coordinación óculo manual se entiende como una relación entre el ojo y la mano, es
decir, como la capacidad que posee el ser humano para utilizar simultáneamente las
manos y la vista con el objetivo de realizar cualquier actividad. (Ávila, 2011, p. 18)